El siguiente escrito ha sido extraido desde el blog de City Boys, un texto magnífico que merece la pena leerlo y que ademas hemos podido encontrar en algun otro blog como el de Unaikistan.
Marx y Engels afirmaron una vez que "los pobres no tiene patria", sacada de contexto esta frase parece más propia de Sébastien Faure, pero a Marx y a Engels si les interesaban las naciones, su desaprobación era para con la nación burguesa, lo que legitima hoy día nuestro "puta España", al que por cierto, no le faltan razones.
¿Pero sentirían estos pensadores vergüenza de los éxitos colectivos de su pueblo? ¿Si hubieran coincidido en tiempo y espacio con esta puta España, hubieran disfrutado con los Villa, Iniesta y Puyol?
Marx y Engels no consideraban que la emancipación del proletariado fuese a acabar con las naciones, lo que da congruencia a odiar España y amar a la República, porque cuando Marx y Engels decían aquello de "los obreros no tienen patria" era porque estaban proponiendo otra patria diferente, la verdadera, la proletaria, no la ficticia burguesa, en donde la explotación del individuo desemboca en la explotación de una nación por otra.
Vascos, catalanes, gallegos, murieron codo con codo junto a murcianos, aragoneses, andaluces en defensa de la República, hoy día su sentimiento nacional está muy lejos del español republicano, y es que no existen pueblos, naciones ni Estado inmutables por naturaleza, 40 años de opresión nacional católica y 30 años de terrorismo de Estado han terminado por enterrar el ideal republicano, y lo más funesto, ver como un proletario prefiere compartir escenario con un burgués independentista mientras repudia los valores que representa la bandera tricolor republicana, estandarte del único Estado totalmente democrático que ha existido en la historia de nuestros pueblos.
La República y el derecho a la autodeterminación son inseparables, pero este derecho no significaba “la obligación” de separarse sino el reconocimiento del “derecho” a hacerlo. Es como el derecho al aborto, su conquista no implica la obligación de abortar, por mucho que exista todo el derecho a hacerlo.
La gran virtud del derecho a la autodeterminación es precisamente que permite la unión libre, al garantizar la convivencia pacífica de los pueblos, favoreciendo su unificación y, sobre todo, asegurando la unidad de los trabajadores de todas las naciones, tan necesaria para la emancipación de los pueblos.
Esta unión libre la ejemplifica la Selección de Euskadi de 1937, que realizó giras por Europa y América con el objetivo de mediante el fútbol ganarse las simpatías de la población extranjera para el bando republicano y obtener algún dinero.
Una Selección que sin duda supo distinguir entre el nacionalismo interesado de la burguesía nacionalista y el nacionalismo de las clases explotadas y oprimidas, anteponiendo una República que unía a toda la clase trabajadora y a los diferentes pueblos del Estado frente al Fascismo y que hoy día, como hacemos nosotros, lucharía contra la Monarquía, concentrando la lucha contra el régimen monárquico, la opresión de las nacionalidades, privilegios eclesiásticos, ejército, policía y jueces heredados del antiguo régimen.
Quizá esto pueda parecer una oda al españolismo, y en cierta medida puede que lo sea, a la España de naciones, la republicana, un sentimiento nacional que Busquet, Xavi, Cesc y Casillas nos han recordado, llevando a nuestro fútbol, ese que seguimos humildemente domingo a domingo, a lo más alto del mundo. ¿Y por qué no celebrar los éxitos de la Selección? ¿Acaso no amamos el fútbol? ¿Es que nos hemos olvidado de los millones de antifascistas que murieron por esta puta España de hoy en día?
Hace poco nos enteramos que el Trosky asturiano era el bisabuelo de Villa, que el padre de Vicente Del Bosque pasó tres años en la cárcel por republicano. Y quienes no serán los familiares de los Carles, Joan, Xavi, Gerard.. cuando se supo que en Francia los Domenech, Alain Giresse, Christian López o Jean François Larios eran descendientes de los republicanos españoles, y esta lista se amplió en la siguiente generación de los Eric Cantona, Robert Pires, Vincent Candela o Daniel Bravo.
Esta España es una mierda, pero no es propiedad privada de la ultra-derecha, monárquica, católica, clasista y excluyente, y si así lo fuera estaríamos pisando la memoria de los Machado, Hernández, Petere, Teresa León, Severo Ochoa, Picasso.. y porque no decirlo, de nuestros abuelos, los de Cantona y los de David Villa. Y es que en cada "Puta España" se esconde el anhelo a nuestra España, el derecho a la autodeterminación de los pueblos que la forman y mucha lucha por defender un cambio que devuelva la dignidad a este puto país casposo y vulgar.
Esta unión libre la ejemplifica la Selección de Euskadi de 1937, que realizó giras por Europa y América con el objetivo de mediante el fútbol ganarse las simpatías de la población extranjera para el bando republicano y obtener algún dinero.
Una Selección que sin duda supo distinguir entre el nacionalismo interesado de la burguesía nacionalista y el nacionalismo de las clases explotadas y oprimidas, anteponiendo una República que unía a toda la clase trabajadora y a los diferentes pueblos del Estado frente al Fascismo y que hoy día, como hacemos nosotros, lucharía contra la Monarquía, concentrando la lucha contra el régimen monárquico, la opresión de las nacionalidades, privilegios eclesiásticos, ejército, policía y jueces heredados del antiguo régimen.
Quizá esto pueda parecer una oda al españolismo, y en cierta medida puede que lo sea, a la España de naciones, la republicana, un sentimiento nacional que Busquet, Xavi, Cesc y Casillas nos han recordado, llevando a nuestro fútbol, ese que seguimos humildemente domingo a domingo, a lo más alto del mundo. ¿Y por qué no celebrar los éxitos de la Selección? ¿Acaso no amamos el fútbol? ¿Es que nos hemos olvidado de los millones de antifascistas que murieron por esta puta España de hoy en día?
Hace poco nos enteramos que el Trosky asturiano era el bisabuelo de Villa, que el padre de Vicente Del Bosque pasó tres años en la cárcel por republicano. Y quienes no serán los familiares de los Carles, Joan, Xavi, Gerard.. cuando se supo que en Francia los Domenech, Alain Giresse, Christian López o Jean François Larios eran descendientes de los republicanos españoles, y esta lista se amplió en la siguiente generación de los Eric Cantona, Robert Pires, Vincent Candela o Daniel Bravo.
Esta España es una mierda, pero no es propiedad privada de la ultra-derecha, monárquica, católica, clasista y excluyente, y si así lo fuera estaríamos pisando la memoria de los Machado, Hernández, Petere, Teresa León, Severo Ochoa, Picasso.. y porque no decirlo, de nuestros abuelos, los de Cantona y los de David Villa. Y es que en cada "Puta España" se esconde el anhelo a nuestra España, el derecho a la autodeterminación de los pueblos que la forman y mucha lucha por defender un cambio que devuelva la dignidad a este puto país casposo y vulgar.
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