La Audiencia Provincial de Madrid ha hecho pública hoy la sentencia contra el grupo neonazi de Madrid Blood & Honour. En ella condena a tres años de cárcel a su líder, Roberto L. U., por fomentar la xenofobia, la violencia y el odio contra determinados grupos que consideran inferiores y comprar y vender armas de defensa ilegales para mantenerla. Además, han sido condenados otros 14 miembros de la organización, y han sido absueltos otros cuatro, a penas que oscilan entre seis meses y tres años de prisión, por delitos de asociación ilícita y tenencia ilícita de armas.
La sentencia recoge también la obligación de disolver la organización. "Blood and Honour [Sangre y Honor] es una asociación que incita a la discriminación y al odio hacia distintos grupos por razón de su ideología, por motivos racistas y antisemitas. Es una sociedad cerrada con un comportamiento disciplinado y busca la difusión de la doctrina nacionalsocialista entre los jóvenes, algunos de ellos menores de edad". Con esta rotundidad termina el Grupo de Información el atestado que permitió la detención de los 19 principales integrantes de este grupo neonazi.
Después, la fiscalía y la acusación popular elevaron de forma definitiva las peticiones de cinco años de cárcel para los principales miembros del grupo neonazi Blood & Honour (Sangre y Honor) por los delitos de asociación ilícita y de tenencia ilícita de armas durante el juicio. En la exposición de su informe, la fiscal recalcó que el único fin de la asociación es promover "la discriminación contra determinados grupos de personas y luchar para conseguir la Europa Blanca que promovió Adolf Hitler durante el III Reich". "Esta asociación genera peligro porque crea un clima de violencia y hostilidad", reseñó.
Sus fuentes de financiación, según se demostró en el juicio, son los conciertos de música que celebran por toda la geografía nacional, en especial en los alrededores de Madrid; la venta de CD de música de grupos neonazis y el comercio de armas prohibidas, como pulverizadores ilegales de autodefensa, porras eléctricas y navajas de reducidas dimensiones.
Todos menos uno de los 18 acusados de los delitos de asociación ilegal y tenencia ilícita de armas por pertenecer a la organización neonazi Blood and Honour (Sangre y Honor), a los que ha juzgado la Sala Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid, fueron candidatos en las elecciones generales de 2004 por el partido Movimiento Social Republicano (MSR).
MSR forma, junto a los partidos España 2000 y Frente Nacional, una alianza autodenominada "tripartito patriota", que el pasado 18 de abril encabezó una manifestación en la capital en la que pidieron la dimisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Esta protesta, que finalizó en la plaza de Colón, fue convocada por el Frente Nacional y acudieron unas 1.500 personas, que corearon numerosos lemas en contra de la inmigración, a cuyo colectivo acusaron de explotar a los españoles. Asimismo, se anunció el compromiso de un programa común, alcanzado para las elecciones municipales de 2011 y las generales de 2012.
Disolucion de la organizacion, y penas que en el peor de los casos llegan a 3 años de prision. Una nueva muestra, y ya van demasiadas, de la doble vara de medir que emplea nuestro querido sistema judicial. Muchos de estos retrasados ni siquiera llegaran a entrar en prision. No hay que irse muy lejos para comprobar la clase de penas impuestas a compañeros en procesos manipulados que tenian por objeto disolver organizaciones que no les cuadraban demasiado.
La sentencia recoge también la obligación de disolver la organización. "Blood and Honour [Sangre y Honor] es una asociación que incita a la discriminación y al odio hacia distintos grupos por razón de su ideología, por motivos racistas y antisemitas. Es una sociedad cerrada con un comportamiento disciplinado y busca la difusión de la doctrina nacionalsocialista entre los jóvenes, algunos de ellos menores de edad". Con esta rotundidad termina el Grupo de Información el atestado que permitió la detención de los 19 principales integrantes de este grupo neonazi.
Después, la fiscalía y la acusación popular elevaron de forma definitiva las peticiones de cinco años de cárcel para los principales miembros del grupo neonazi Blood & Honour (Sangre y Honor) por los delitos de asociación ilícita y de tenencia ilícita de armas durante el juicio. En la exposición de su informe, la fiscal recalcó que el único fin de la asociación es promover "la discriminación contra determinados grupos de personas y luchar para conseguir la Europa Blanca que promovió Adolf Hitler durante el III Reich". "Esta asociación genera peligro porque crea un clima de violencia y hostilidad", reseñó.
Sus fuentes de financiación, según se demostró en el juicio, son los conciertos de música que celebran por toda la geografía nacional, en especial en los alrededores de Madrid; la venta de CD de música de grupos neonazis y el comercio de armas prohibidas, como pulverizadores ilegales de autodefensa, porras eléctricas y navajas de reducidas dimensiones.
Todos menos uno de los 18 acusados de los delitos de asociación ilegal y tenencia ilícita de armas por pertenecer a la organización neonazi Blood and Honour (Sangre y Honor), a los que ha juzgado la Sala Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid, fueron candidatos en las elecciones generales de 2004 por el partido Movimiento Social Republicano (MSR).
MSR forma, junto a los partidos España 2000 y Frente Nacional, una alianza autodenominada "tripartito patriota", que el pasado 18 de abril encabezó una manifestación en la capital en la que pidieron la dimisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Esta protesta, que finalizó en la plaza de Colón, fue convocada por el Frente Nacional y acudieron unas 1.500 personas, que corearon numerosos lemas en contra de la inmigración, a cuyo colectivo acusaron de explotar a los españoles. Asimismo, se anunció el compromiso de un programa común, alcanzado para las elecciones municipales de 2011 y las generales de 2012.
Disolucion de la organizacion, y penas que en el peor de los casos llegan a 3 años de prision. Una nueva muestra, y ya van demasiadas, de la doble vara de medir que emplea nuestro querido sistema judicial. Muchos de estos retrasados ni siquiera llegaran a entrar en prision. No hay que irse muy lejos para comprobar la clase de penas impuestas a compañeros en procesos manipulados que tenian por objeto disolver organizaciones que no les cuadraban demasiado.
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