martes, 11 de enero de 2011

Sobre las droga como elemento contrarevolucionario.



Es necesario dedicar un espacio importante al estudio del consumo de drogas entre la juventud y de la problemática que esto conlleva.

En primer lugar dejar bien claro, que el consumo o no de drogas es decisión de cada uno. A menudo, se persigue al consumidor como si de un criminal se tratara cuando en realidad, nos encontramos ante una persona que debería ser ayudada y aconsejada. No debemos confundir los papeles, el criminal no es el consumidor habitual si no el propio sistema que se lucra a través de la confiscación de drogas, la especulación, el blanqueo de dinero y la obtención de un beneficio a costa de la salud de las personas. LUCHAR CONTRA LA DROGA ES LUCHAR CONTRA EL CAPITAL.

Entre militantes marxista-leninistas el consumo de sustancias estupefacientes, su apología y la defensa de su legalización constituye una actitud negativa, contraproducente y errónea. La droga debería ser analizada por nuestra parte como un instrumento de control de la clase capitalista que provoca el adormecimiento y la destrucción física y moral del individuo.

En ocasiones, podemos ver la supuesta lucha de los estados capitalistas contra el consumo de drogas a través de las diferentes campañas publicitarias, las diversas acciones de la policía contra el tráfico y la rehabilitación y tratamiento de toxicómanos. Sin embargo, ha quedado demostrado en diversas ocasiones el fomento del consumo llevado a cabo por los propios servicios secretos y los servicios de seguridad. Se calcula que el 90% del tráfico de droga escapa a las acciones policiales y no es casualidad ya que en algunas ocasiones son ellos mismos los que participan en el tráfico.

Prueba de ello es el desmantelamiento de la Unidad Central de Investigación Fiscal y Antidroga debido a la implicación de los mandos de este cuerpo de la Guardia Civil en los delitos que debía perseguir... La profunda implicación del aparato del Estado quedó en evidencia al publicarse en octubre de 1996 un informe del Servicio de Información de la Guardia Civil que vinculaba al general Rodríguez Galindo y sus agentes del cuartel de Intxaurrondo en actividades de contrabando y narcotráfico. A esto hay que añadirle la actuación de los Tribunales de Justicia, liberando reconocidos narcotraficantes como los del Caso Nécora en 1994, o las absoluciones del "clan del peque" en 1997. Clan acusado de introducir cocaína procedente de Cali a través de las costas gallegas. Situándonos en un marco más internacionalista, mencionar la introducción de heroína en los barrios negros de EEUU por parte de los servicios secretos para evitar así la conflictividad social ante los diversos recortes sociales llevados a cabo por la administración Bush y las diferentes operaciones de tráfico de droga perpetradas por la CIA en Sudamérica, todas ellas vinculadas a acciones anticomunistas.

Sin necesidad de irnos tan lejos y encontrando una serie de similitudes con la realidad de los barrios negros norteamericanos, no podemos dejar de mencionar el daño infligido por la droga en Euskal Herria, donde la izquierda, muy lejos de aceptar las reglas del juego post-franquista, tuvo que hacer frente a un nuevo modelo de represión: la utilización de droga como arma política de desmovilización. Un nuevo modelo represivo que sesgó la vida de centenares de jóvenes y que a día de hoy mantiene a raya a un importante porcentaje de la población. Algo que sin duda alguna ha venido al pelo al estado español, ¿será casualidad que el precio de las drogas en Euskadi sea tremendamente inferior al del resto del estado español?...servidor no entiende demasiado de este mundillo, pero si la droga es importada de Marruecos (al menos un porcentaje importante), al llegar al norte de la península (y según mis cálculos), su precio debería de haberse disparado consecuencia del coste añadido que queda en manos de los diferentes "porteadores". Lo más curioso del asunto es que el precio de la droga no solo no se ha incrementado, sino que en muchos casos a reducido su valor...piensa mal y acertarás.

Por todo ello y como conclusión de lo anteriormente escrito, nos mostramos totalmente en contra de la represión al consumidor de droga, (persona a menudo enferma que no pueden librarse de su adicción) llevada a cabo por las leyes capitalistas, dictadas por los mismos que a su vez fomentan y amparan el consumo. Nuestra doctrina revolucionaria debe orientarse de algún modo a la lucha contra los narco-traficantes, y las multinacionales que obtienen injentes sumas procedentes del blanqueamiento del dinero de la droga. El consumo y distribución de sustancias estupefacientes constituye un engranaje importante del funcionamiento del sistema capitalista y por ello, solo mediante la expropiación de los medios de producción podremos resolver la cuestión de la droga y su problemática.

Joven comunista, di no a la droga. ¡CAMELLOS Y TRAFICANTES AL GULAG!

RedSkins Burgos.

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